Huerto escolar “Violeta Verde”: una iniciativa estudiantil que promueve buenos hábitos alimenticios y siembra conciencia ambiental en Monte Sinaí

En el corazón de Monte Sinaí, al noroeste de Guayaquil, el verdor de lechugas, pepinos, pimientos, remolachas, rábanos, plantas de mango, papaya y muchas otras especies brota del huerto escolar “Violeta Verde”, de la Unidad Educativa Fiscal Violeta Luna Carrera. En este espacio, los estudiantes siembran algo más que vegetales: cultivan conciencia ambiental, hábitos alimenticios saludables y una profunda conexión con la tierra.

Con una extensión de 12 metros y 11 bancales, el huerto “Violeta Verde” ya celebra su cuarta cosecha. Desde su creación y su incorporación a la malla curricular en 2024, ha transformado la forma en que los estudiantes aprenden, combinando teoría y práctica en un entorno real.

Los estudiantes integran conocimientos de ciencias naturales, física y matemáticas en cada etapa del proceso agrícola, desde la germinación hasta la cosecha.

Uno de los mayores orgullos del huerto es el desarrollo de proyectos tecnológicos liderados por los estudiantes de bachillerato. El sistema de riego por aspersión y el sensor de humedad son solo algunos ejemplos.

Benjamín Peñafiel, de segundo de bachillerato, explicó en qué consiste el sistema del “Huerto Inteligente”, el cual utiliza sensores de temperatura y humedad para optimizar las condiciones de cultivo de los vegetales y frutas. “Usamos una placa Arduino con componentes de robótica. La idea es unir tecnología y agricultura para mejorar los resultados”, señaló.

Por su parte, José Ortiz, de tercero de bachillerato, explicó cómo funciona el sistema de riego eficiente diseñado con materiales reciclados. «Se colocaron dos llaves de paso en distintos bancales del huerto, con el objetivo de regular el flujo de agua hacia cada uno. De este modo, al encender la bomba de agua, el riego puede dirigirse solo a los sectores necesarios, optimizando el uso del recurso. Nuestro objetivo es responder a necesidades reales, garantizando el cuidado del huerto con soluciones sostenibles», añadió.

Los estudiantes también han desarrollado herbicidas y pesticidas orgánicos, priorizando el respeto al medio ambiente.

Cada cosecha es aprovechada al máximo. Los productos son transformados en mermeladas, pasteles, tés, caramelos de jengibre, aceites esenciales, jabones y esencias naturales, reflejando el espíritu emprendedor de los estudiantes.

Compartir esta noticia

Facebook
Twitter
Scroll al inicio